miércoles, 2 de enero de 2013

Didáctica y educación social: ¿Una convivencia llena de posibilidades?

“Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte queda diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar” (Galeano, E), tremenda cita que me parece perfecta para comenzar esta entrada.

Realmente no voy a comentar el texto que Almudena hizo que nos leyéramos porque éste fue solo un pretexto para hacernos y enseñarnos cómo tenemos que hablar en público. Algo que como la cita de Galeano a ella le parece una utopía porque observa en nosotros cierto recelo a hablar, cuanto más si es a toda la clase.

Lo primero que debemos hacer es relajarnos y tener en nuestra mente que si nos hemos preparado la exposición nada tiene por qué salir mal. El público que nos escucha no es nuestro enemigo, al contrario, debemos considerarlo amigo.

Nada mejor que sacar a un par de compañeros, hacerlos actuar literalmente y que a todos se nos dibuje una sonrisa en la cara. Es eso lo que tenemos que hacer, actuar. Nuestro trabajo girará en torno a eso, ya sea para convencer a alguien de que nuestro programa educativo es de vital importancia y por tanto esencial su puesta en marcha, como “pelearnos” con una familia para convencerla de que debe dejar que su hijo menor asista a la escuela y no esté como un esclavo trabajando horas y horas en la tienda de “todo a cien” de sus padres asiáticos.

Tenemos que saber modelar nuestra voz, movernos de forma adecuada para que no resulte intimidatoria ni violenta para la persona a la que nos estamos dirigiendo. Se me viene a la memoria la actuación de aquel profesor que trabaja con sus alumnos con un modelo de enseñanza humanista, que sabe perfectamente cómo resolver un conflicto que ha surgido entre dos de sus alumnos más mayores.





Él es un maestro en eso, controla cualquier problema que se le presenta y eso es lo que debemos hacer nosotros como educadores sociales.

Otro buen ejemplo de actuación ante un grupo de personas es la que se nos muestra en la película de “Diarios de la calle”





Como ella, tenemos que comunicarnos con las personas, saber “entrar en sus cabezas”, conocer sus problemas y necesidades, y lo más importante ayudarlos en lo que necesiten. Por eso debemos saber movernos adecuadamente y saber hablar bien en un tono de voz adecuado.

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