sábado, 29 de septiembre de 2012

¿Y tú cómo aprendes?

Buena pregunta que nos hizo reflexionar a más de uno en la primera clase de Didáctica.
Recordando la manera de enseñar de cada uno de los profesores que he tenido en mi vida como estudiante se destacan varias formas claras que me han marcado mi experiencia como alumna.

A grandes rasgos hay dos principales:

1- Enseñanza a base de explicación teórica de la asignatura con el apoyo de diferentes elementos que ayudan a afianzar esa teoría (presentaciones, artículos, películas, prácticas, etc), además de la ayuda por parte del profesor en cuestión dispuesto a resolverte las dudas sin problema alguno.

2- Enseñanza a base de explicación teórica de la asignatura sin el apoyo de ningún elemento que ayude a afianzar esa teoría y contando con la ayuda del profesor en cuestión siempre dispuesto a regalarte una mueca de decepción al escucharte preguntar algo que para él es obvio (aunque para ti sea algo extremadamente raro y nuevo).

Fijándome en estas dos formas de enseñar que viví me vuelvo a preguntar cómo aprendo yo. Resulta curioso que con la primera forma de enseñar/aprender se adquiere un interés especial por esa asignatura. Con suerte, si encima es una de tus favoritas el interés se vuelve máximo y los resultados se tornan positivos.

Con la segunda forma de enseñar/aprender es inevitable ese temor por equivocarte y por preguntar algo que no entiendas por el simple echo de que el profesor no te da confianza para que lo hagas. Cada vez que lanza una pregunta a la clase, te escondes en el pupitre y detrás del que está delante tuya para evitar ser visto y que no te toque a ti responderla. Pero desgraciadamente por mucho que intentes esconderte parece que huele tu miedo y acabas por salir a la pizarra para responderla mientras por el camino vas pensando en la mala suerte que tienes y que siempre te toca a ti.

Aun habiendo meditado sobre ello no tengo clara mi forma de aprender. Quizás sea un punto intermedio entre las dos formas anteriores porque aunque la primera parezca la manera perfecta tanto de enseñar como de aprender, de la segunda aprendí que por muy difícil e injusto que te parezca ese método de enseñanza/aprendizaje al final acabas llegando a la meta con el mejor de los sabores. Con el de haberlo conseguido por tus propios métodos y no porque alguien te haya ayudado más de la cuenta, lo que a veces hace que te llegues a sentir frustrado por no haber llegado tú solo.

Por eso como dicen por ahí, "una de cal, y otra de arena".

1 comentario:

  1. Bienvenida a didáctica. Dentro de unos meses tendrás claro no sólo como aprendes, sino cómo te gustaría enseñar y cuál es para ti la mejor forma de hacerlo.

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